miércoles, 21 de abril de 2010

El reloj.

"Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj."


Julio Cortazar

miércoles, 7 de abril de 2010

El mar

"En este punto un mundo
invade el otro mundo.
(Me resisto a creer
que el mar sea otro mundo.)

Nadie me dio jamás un primer beso
aquí. En estos tiempos
los besos nunca son primeros besos.

Miro morir las piedras
que dejan de ser piedras.
Miro pasar los barcos,
despacio, como barcos.

Las olas se repiten
como si fueran olas.
El mar, por repetido,
deja de ser hermoso.

Estas rocas permiten
que andes hacia la nada
y que entres sin entrar
en el mar que no cesa
de ser mar, de ser nada,
que siempre se repite."

Camilo de Ory