lunes, 26 de octubre de 2009

Volar

Me desperté sobresalda de mi siesta diaria, sentí como las máquinas trabajaban sin cesar debajo de mi ventana, me puse los vaqueros y la camiseta que estaban aún sobre la silla de mi cuarto y corriendo bajé la escaleras de mi edificio, hasta ponerme delante de la escabadora.

Entre gritos y ese ruido infernal, alcance a decirle que parase y que por favor me diera un puñado de esas piedras que estaba escabando, porque sentía una extraña sensación, que unos instantes me haría despegar.

Hace un año Air France me llevo hacía tí, y eso es algo que mi cuerpo jamás logrará olvidar



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